Vuelve a conectar con tu interior, con los demás y con el planeta con estos ejercicios llenos de compasión.
En un mundo tan acelerado, una sesión de yoga inspirada en la bondad puede ser una manera amable y mindful de volver a conectar con nosotros mismos, con los demás y con el planeta. Basada en el principio del ahimsa (la no violencia o la bondad con amor) del yoga, esta práctica te anima a moverte con un propósito bien definido y respirar con un conocimiento pleno.
Cada una de estas posturas es una invitación a conectar con tu cuerpo a través de la curiosidad en vez de la crítica. Vamos a celebrar todo de lo que son capaces nuestros cuerpos. Aquí no vamos a buscar la perfección ni a soportar el dolor. Lo que queremos es prestar atención a lo que sienta bien, lo que nos supone un desafío y a responder con un poco de paciencia y mucha bondad. Al aprender a tratarnos de manera más amable, también aplicamos esa empatía a los demás.
En esencia, el yoga de bondad va más allá de la flexibilidad o la fuerza: se trata de crear un espacio en el que reducir el ritmo, ser más amable y conectar. En un mundo que no deja de pedirnos cada vez más cosas, esta práctica nos recuerda que la bondad, hacia nosotros, los demás y la Tierra, es más que suficiente.